martes, 28 de mayo de 2013

Por Que Decirle No A La Eutanacia

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Cada cierto tiempo, la prensa pro-eutanasia lleva a las portadas un caso más o menos trágico para intentar legalizar esta práctica, que consiste en matar a un enfermo, en teoría porque él lo pide libremente.

La experiencia de varios años en Oregón, la de Holanda y la breve de Australia (donde volvió a abolirse la eutanasia) demuestra que casi nunca el enfermo lo pide libremente, sino que está deprimido, con ansiedad u otros problemas mentales. Este tipo de problemas, suficientes para declarar nulos diversos actos al faltar la libertad (como casarse por ejemplo) impiden que una persona elija libremente.

Además, se sabe por el caso de Holanda que muchas veces los enfermos son "eutanasiados" sin que lo hayan pedido. Otros han decidido por ellos. En Holanda se considera que uno de cada tres "eutanasiados" lo fue sin su consentimiento.

El "riguroso control" y la "estricta libertad", en el mundo real, brillan por su ausencia.
El Comité de Derechos Humanos de la ONU ha denunciado que cuando se ha pedido en Holanda que se revisen casos de eutanasias dudosas, de 2.000 casos revisados (es decir, sospechosos de ilegalidad), sólo 3 casos han sido criticados por la comisión de revisión. Es evidente que, como en el caso del aborto, el fraude de ley se generaliza una vez la clase médica y el funcionariado asume un ritmo de normalidad y aplica criterios económicos y de eficacia en vez de criterios de justicia y humanidad.

Recordamos diez argumentos clásicos contra la legalización de la eutanasia, que los años refuerzan.

1- La eutanasia legal favorece una "pendiente peligrosa" en contra del derecho a la vida en otros campos
En Holanda la eutanasia se aplica no ya a enfermos, sino simplemente a gente que no quiere vivir, como el senador socialista octogenario Brongersma, que pidió y logró ser "finalizado" no porque estuviese enfermo o deprimido, sino porque estaba cansado de vivir. Se calcula que en Holanda se dejan morir a unos 300 bebés al año por nacer con minusvalías y hay casos (en este país rico) de negar la implantación de marcapasos a mayores de 75 años; la eutanasia favorece otras actuaciones de "eliminación de los inútiles".
2- La eutanasia empeora la relación médico-paciente e incluso la relación paciente-familiares
¿Queda algún margen para que los enfermos, ancianos o incapacitados, sigan manteniendo aquella plena confianza en quienes, hasta ahora, tenían por obligación -casi sagrada- procurar la sanación de sus dolencias? ¿Quién impondrá a la víctima potencial el deber de confiar en su verdugo? ¿Quién podrá devolver a los enfermos holandeses su sentimiento de fiducia en la clase médica? ¿Y cómo confiar en que el médico va a esforzarse por mi vida si mis parientes presionan en un sentido contrario?
3- La eutanasia desincentiva la inversión en cuidados paliativos y en tratamientos para el dolor
De 1995 a 1998 Holanda apenas invirtió en cuidados paliativos; sólo a partir de 1998 ha invertido en cuidados paliativos, pero presentados siempre como una alternativa más, siendo la eutanasia la más apoyada desde las instituciones e incluso por parte de la sociedad. Se tiende a pensar que si tratar el dolor con cuidados paliativos es caros, hay que fomentar la opción barata: matar el enfermo.
4- La eutanasia pervierte la ética médica que desde Hipócrates se ha centrado en eliminar el dolor, no en eliminar el enfermo
Los médicos insisten en que la eutanasia, como el aborto, no son actos médicos, ya que el fin de la medicina es curar, y si no se puede curar al menos mitigar el dolor, y en todo caso atender y acompañar. La eutanasia no cura nada. Los médicos que entran en una mentalidad eutanásica la incorporan a toda su visión profesional y olvidan a Hipócrates.
Como han recordado políticos italianos al hablar de la eutanasia a niños en Holanda es significativo que el primer régimen que instaura la eutanasia desde del viejo paganismo romano es la Alemania nazi... y sólo dos estados por ahora se han apuntado a la eutanasia.
5- La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre por personas deprimidas, mental o emocionalmente transtornadas
¿"Piden libremente" la eutanasia los niños "eutanasiados" en Holanda? No tienen madurez para hacer este acto en libertad. Pero muchos adultos tampoco porque lo piden con enfermedades mentales o emocionales. Cuando uno está sólo, anciano, enfermo, paralítico tras un accidente... es fácil sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir.
En un país sin eutanasia, los médicos y terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las ganas de vivir y casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario, en un país con eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión se tiende a eliminar al deprimido "porque lo pide".
6- La eutanasia no es un derecho humano, no está recogido en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, por ejemplo



Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso de Dianne Pretty en el año 2002, no existe el derecho a procurarse la muerte, ya sea de manos de un tercero o con asistencia de autoridades públicas. El derecho a la autonomía personal no es superior al deber de los Estados de amparar la vida de los individuos bajo su jurisdicción.
7- La eutanasia, como el suicidio, es contagiosa
Una vez una persona deprimida se suicida, otras personas deprimidas de su entorno pueden copiar su comportamiento con más facilidad. Esto es así en suicidios con o sin asistencia, lo cual incluye la eutanasia.
8- La eutanasia dificulta el trabajo de los terapeutas que trabajan con minusválidos, deprimidos, enfermos...
Las personas que ayudan a otros a vivir con una grave minusvalía o en duras circunstancias ven su trabajo saboteado por la otra opción, la eutanasia, que legalizada aparece con atractiva insistencia como una salida fácil para el enfermo.
9- La eutanasia tenderá a eliminar a los más pobres y débiles
Como el aborto, la eutanasia tenderá a hacerse especialmente accesible y promocionada entre las clases económicamente más débiles, los grupos étnicos desfavorecidos, etc... Al desatenderse la oferta en cuidados paliativos, éstos serán un lujo sólo para gente con medios adquisitivos.
10- La eutanasia legal no impedirá las eutanasias ilegales, sino que las potenciará
Como en el caso del aborto, aprobar una ley que permite la eutanasia "con todos los controles que haga falta" no impedirá que se extienda el fraude de ley, los permisos escritos sin examinar al paciente, la laxitud en la aplicación de la ley y el fraude de ley generalizado. El caso de Holanda demuestra que no hay control de los 2.000 casos denunciados, como ha señalado con indignación el Comité de Derechos Humanos de la ONU.
Con todo, el mejor argumento contra la eutanasia siempre será el testimonio de miles de hombres y mujeres en circunstancias dificilísimas que, apoyándose mutuamente, con la ayuda de sus valores, su familia, amigos o profesionales demuestran día a día que la dignidad del hombre les lleva a vivir y enriquecer la vida de otros.





                              







DIGAMOS NO A LA EUTANACIA







NO TENEMOS QUE QUITARLE LA VIDA A NADIE





La Eutanasia...

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La eutanasia no es algo nuevo: está ligada al desarrollo de la medicina moderna. El solo hecho de que el ser humano esté gravemente enfermo ha hecho que en distintas sociedades la cuestión quede planteada. La eutanasia es un problema persistente en la historia de la humanidad en el que se enfrentan ideologías diversas.
La eutanasia no planteaba problemas morales en la antigua Grecia: la concepción de la vida era diferente. Una mala vida no era digna de ser vivida y por tanto ni el eugenismo, ni la eutanasia suscitaban grandes discusiones. Hipócrates representó una notable excepción: prohibió a los médicos la eutanasia activa y la ayuda para cometer suicidio.
Durante la Edad Media se produjeron cambios frente a la muerte y al acto de morir. La eutanasia, el suicidio y el aborto bajo la óptica de creencias religiosas cristianas son considerados como «pecado», puesto que la persona no puede disponer libremente sobre la vida, que le fue dada por Dios. El arte de la muerte (ars moriendi), en la cristiandad medieval, es parte del arte de la vida(ars vivendi); el que entiende la vida, también debe conocer la muerte. La muerte repentina (mors repentina et improvisa), se consideraba como una muerte mala (mala mors). Se quiere estar plenamente consciente para despedirse de familiares y amigos y poder presentarse en el más allá con un claro conocimiento del fin de la vida.
La llegada de la modernidad rompe con el pensamiento medieval, la perspectiva cristiana deja de ser la única y se conocen y se discuten las ideas de la Antigüedad clásica. La salud puede ser alcanzada con el apoyo de la técnica, de las ciencias naturales y de la medicina.
Hay pensadores que justifican el término activo de la vida, condenado durante la Edad Media. El filósofo inglés Francis Bacon, en 1623, es el primero en retomar el antiguo nombre de eutanasia y diferencia dos tipos: la «eutanasia exterior» como término directo de la vida y la «eutanasia interior» como preparación espiritual para la muerte. Con esto, Bacon se refiere, por una parte, a la tradición del «arte de morir» como parte del «arte de vivir», pero agrega a esta tradición algo que para la Edad Media era una posibilidad inimaginable: la muerte de un enfermo ayudado por el médico. Tomás Moro, en la Utopía (1516), presenta una sociedad en la que los habitantes justifican el suicidio y también la eutanasia activa, sin usar este nombre.







                                                     PROBLEMAS SOCIALES


La discusion social sobre la eutanasia la vamos a tener pre visiblemente muy intensa en los próximos años y va a estar marcada por el apasionamiento, ya que todo sobre nacer o morir remueve rincones muy profundos en los seres humanos.
Aunque la vida es un continuar, sin embargo su comienzo y su final son los únicos cortes indiscutibles dentro de ese proceso que se desarrolla día a día, segundo a segundo. Las actitudes ante estos dos puntos extremos de la existencia humana juegan un papel muy trascendente en la cosmovisión del hombre y en las facetas de cada cultura.
En el seno de las sociedades pluralistas coexisten personas con distintas actitudes y valoraciones ante la muerte y su significado humano....Mi propio pensamiento está marcado y coloreado por las vivencias religiosas que me han inculcado, que son compartidas por otros muchos, aunque no son universales.
Todo parece indicar que en el futuro de nuestras sociedades va a ser inseparable la coexistencia con personas y creencias distintas sobre el nacer y el morir.
Pero a la hora de legislar debe tenerse en cuenta el bien común: ¿hasta que punto una regulación legal de la auténtica eutanasia va a ayudar a la humanización de la sociedad?...este es la gran preocupación indiscutible.
En Holanda se ha llevado al parlamento y no se ha legalizado a pesar de que el proyecto de ley tenía un apoyo mayoritario dentro de la cámara y ha imperado el sentido de la prudencia y de temor ante las consecuencias de una legalización cuyos resultados fueron tan dramáticos en la Alemania nazi.
La eutanasia puede ser el remedio más tajante y rápido para resolver todo el proceso de los enfermos terminales....pero ¿es el que mejor reconoce la humanidad de tales enfermos y el que mejor salva los valores sociales?...
Todos o casi todos hemos estado ante un enfermo terminal...¿la eutanasia resuelve su angustioso problema o es que resuelve nuestro problema?.....vivir un problema que no tiene solución es algo que nos impacta y en esos momentos aceptamos lo que los médicos nos puedan decir...¿pero es lo mejor para el enfermo?....no lo sabemos....no llegaremos a saberlo jamás.
Creo y muchos creemos, que a un enfermo terminal hay que aplicarle los remedios que la ciencia hoy en día tiene a su alcance: La sedación profunda para que ese ser aun vivo no sufra, ni con dolor y mucho menos con traumatismos´innecesarios





Por Que No A La Eutanasia



No le ponemos un nombre más "dulce", porque no lo tiene; que algunos se inventen sus propias historias y justificaciones al respecto -bien alejadas de la realidad, por cierto-, es otro cantar.
De acuerdo con el Santo Padre, "la eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante «perversión» de la misma.
En efecto, la verdadera «compasión» hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar. El gesto de la eutanasia aparece aún más perverso si es realizado por quienes --como los familiares-- deberían asistir con paciencia y amor a su allegado, o por cuantos --como los médicos--, por su profesión específica, deberían cuidar al enfermo incluso en las condiciones terminales más penosas.
La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y que nunca dio su consentimiento. Se llega además al colmo del arbitrio y de la injusticia cuando algunos, médicos o legisladores, se arrogan el poder de decidir sobre quién debe vivir o morir.
De este modo, la vida del más débil queda en manos del más fuerte; se pierde el sentido de la justicia en la sociedad y se mina en su misma raíz la confianza recíproca, fundamento de
toda relación auténtica entre las personas. El deseo que brota del corazón del hombre ante el supremo encuentro con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de caer en la desesperación y casi de abatirse en ella, es sobre todo aspiración de compañía, de solidaridad y de apoyo en la prueba. Es petición de ayuda para seguir esperando, cuando todas las esperanzas humanas se desvanecen". (1)
Parece mentira que un médico y legislador perteneciente a la izquierda -presunta defensora de los derechos humanos- pueda presentar semejante proyecto, claramente contrario al principal derecho de todo hombre: el derecho a la vida. Sin embargo, es comprensible. Porque quien no tiene fe, quien ve la vida desde un punto de vista meramente utilitarista y al hombre
como un ser puramente material, obviamente se desespera ante el dolor y la muerte.
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DIGAMOS NO A LA EUTANASIA